Puede que un día sea
esa hermana mayor en la que te apoyas y a la que acudes para pedir consejos que
no te atreves ni a mencionar a tu madre.
De ser tu amiga más íntima para hacer
el idiota, a pasar a ser en otro momento tu madre suplente para ponerse seria y
darte una buena regañina porque, en verdad, y tú lo sabes bien aunque no lo
reconozcas, te pasaste y estabas equivocada de cabo a rabo. Por no olvidar de
que fue la canguro de emergencia a la que siempre acudían tus padres y pasaba la
tarde, noche… ¿O por qué no? el día entero, aguantándote sin rechistar y
evitando que la vena de su cuello se hinchara temerosamente a cada minuto que
pasaba. Sigues sin comprender cómo ambas estáis vivas; por su paciencia
seguramente....
Intermediara que vela
por la paz entre tus padres y tú durante las duras batallas y “pequeños” rocecillos,
saliendo, con suerte y de manera inexplicable, sana y salva.
La que de repente un
día te llevó de compras por primera vez para que eligieras tú y solamente tú el
modelito que siempre habías querido ponerte (feo y tremendamente horrible,
ahora que recuerdas a la vez que alzas la mirada al cielo suplicante) y con un guiño cómplice te decía: “A tu madre
de esto ni mú, ¿eh?”.
Por no olvidar
que, sí, una madre es una madre; pero, no me vas a comparar los abrazos y besos que
te da ella... ¿Y quién es ella? Pues para no ir diciendo todos y cada uno de
los diferentes y variados papeles que ha hecho, hace y hará en tu vida cada vez
que tengas que nombrarla, se conoce por el nombre de “Tía”. (Alias: Psicóloga, amiga, cómplice, apoyo moral, consejera...) Puedes tener solamente una
o la suerte de tener más, incluso algunas son tías “postizas”;
mayores o jóvenes; viven casi a cinco metros de tu casa o a cientos de kilómetros
de distancia; puedes verlas todos los días sin darte un respiro o puede que una
vez cada largo tiempo…
Porque, como dicen por ahí, tía no hay más que una… ¿o no era así la frase?
Hola
ResponderEliminar